Primeros juegos, primeros descubrimientos

A través del juego, los niños pueden mejorar sus habilidades, aprender y crecer de una forma divertida.

En el segundo trimestre de vida, los bebés hacen un gran progreso. Pocas cosas son más satisfactorias que ver a tu hijo sentarse sin ningún apoyo, mirar sus juguetes, moverse solo para tocarlos, agarrarlos y llevárselos a la boca para explorarlos.

Pero eso no es todo: día tras día, aprenden a coordinar hasta los movimientos más pequeños, sacudir objetos para producir sonidos y aprenden a presionar, abrir y cerrar diferentes partes del juguete. A los nueve meses, los bebés aprenden a agarrar con los dedos índice y pulgar, lo que les permite operar botones, ruedas y teclados con gran precisión. Da gusto ver su satisfacción cuando ven que el objeto “responde” a sus movimientos. Se les ilumina la carita cuando se enciende una luz al pulsar un botón o mover una palanca, cuando empieza a sonar su canción favorita o cuando estrujan un juguete y se va rodando con un tintineo. ¡Intentar atraparlo se convierte en una tentación irresistible!

Los juguetes, un estímulo para su crecimiento

Su curiosidad y sed de nuevas experiencias son infinitas: el bebé está cada vez más preocupado por el mundo de los adultos y el comportamiento de sus padres. Quiere hacer llamadas telefónicas, escuchar la radio o tomar fotos, como mamá o papá.

Trata de darle a tu hijo juguetes que ofrezcan estimulación creativa y mucha actividad, diseñados para esta etapa de desarrollo. Durante esta etapa, los niños trabajan para coordinar mejor sus movimientos y comprender la función del juguete. ¡Lo intentan una y otra vez hasta que tienen éxito!

La satisfacción de lograr una meta específica alienta a los niños a tomar riesgos en actividades más exigentes, lo que puede llevarlos a descubrir cosas nuevas que son fundamentales para su crecimiento.

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