El juego libre se cuela bajo el árbol de Navidad estas fiestas

La ciencia nos dice que somos Homo sapiens sapiens, y es cierto. Sin embargo, durante gran parte de nuestra vida nuestra habilidad de saber converge con nuestro deseo de jugar, por lo que, de vez en cuando, también somos Homo ludicus. Si hay una etapa donde lo lúdico brilla por su necesidad y presencia, es la niñez, el alma máter de la diversión. Y el escenario idóneo es la Navidad.

Desafortunadamente, no podemos decir que las niñas y niños de hoy en día dispongan de tanto tiempo de juego como antaño. Sí, es cierto, el acceso temprano a dispositivos como móviles o tablets fomenta la distracción y el entretenimiento. Pero, a la hora de la verdad, no se practica el juego libre como herramienta fundamental para el buen desarrollo cognitivo, social y afectivo de los más peques.

No únicamente tiene “culpa” la tecnología. En los últimos tiempos, el número de extraescolares y niños cursándolas ha crecido, amén de la creencia entre padres y madres que de otros niños no se puede aprender, o que el aprendizaje escolar tiene una primacía destacada frente a otro tipo de formaciones. Pero nada más lejos de la realidad: jugar es importante y, en estas fechas tan señaladas, aún más.

El juego libre, para humanos y no tan humanos

En el blog de Toy Planet ya hemos hablado previamente de la importancia que tiene el juego en la primera infancia. El juego es sinónimo de ser humano, y se muestra en las consecuencias que esta actividad tiene en procesos y fenómenos más adultos.

Los más mayores han desarrollado conceptos como la gamificación: la aplicación de características del juego al aprendizaje para hacerlo más llevadero. Además, mundos tan complejos como el de las matemáticas tienen su propia rama de Teoría de Juegos, que analiza y busca la forma más óptima y racional de obtener el mejor resultado posible en enfrentamientos entre dos o más individuos que pueden ir de lo más puramente lúdico, como en los juegos de mesa, hasta complejos enigmas morales, como el dilema del prisionero.

Como esto muestra, los conceptos de entretenimiento, desafío y diversión que van estrechamente ligados al juego libre tienen repercusión en todas las edades del Homo sapiens sapiens. Pero no, no es algo exclusivamente nuestro: muchos más animales estudian su entorno y lo usan como terreno de experimentación al más puro estilo del juego libre.

Un gato que juega a cazar lo que de sobra sabe es un juguete, un perro que recoge una pelota lanzada ad infinitum, incluso reptiles que empujan pelotas. Son muchos los casos que demuestran que el juego es una experiencia universal compartida por gran parte de formas de vida. Como se acerca la Navidad y queremos que los peques lo pasen genial, ¡no puedes perderte lo que Toy Planet os ofrece para potenciar el juego libre!

Descubrid el vasto mundo desde casa con World Planet

Pocas cosas les son tan estimulantes como conocer y entender el mundo que les rodea. Aunque, para ello, niños y niñas tienen que saber de dónde viene todo lo que ven y la colección World Planet es un fantástico billete de ida a la época jurásica.

El velociraptor a control remoto es una opción estupenda para que aprendan cómo fue uno de los principales depredadores de la Tierra de hace milenios. A la par que divertido y de feroz apariencia, la interactividad que le da su control remoto brindará infinidad de posibilidades al juego de los niños y niñas.

Junto a él, hay decenas de figuras de dinosaurios que pueden coleccionar para armar todo un Jurassic Park en su habitación.

Y, por si la vena teatral está presente en ellos y ellas, las marionetas para manos les serán una delicia. Tanto de dinosaurios, como de perros y caballos, descubrir a las alucinantes criaturas que poblaron y pueblan el mundo jamás fue tan apetecible.

(Y, para aquellos que también quieran jugar con criaturas ficticias, esta fantástica figura de un Dragones Infrarrojos luce temiblemente divertida)

El juego de toda la vida, con juguetes de toda la vida

El juego libre acompañado es una experiencia todavía mejor. Como padres y madres, poder compartir con nuestros retoños los juguetes que tanto nos divertían antaño es una suerte, y con el catálogo Maderas de Toy Planet, más que factible.

La pirámide de anillas es todo un clásico y a los más peques les encantará la colorida presentación en forma de aros que podrá ir combinando de diferente manera alrededor del eje principal del soporte. Aunque, para colores, la bandeja de frutas y verduras les harán sentir como en una auténtica frutería o en la cocina del más prestigioso restaurante.

Y si de auténticos iconos lúdicos hablamos, ¿Qué mejor que un futbolín? Con él, las niñas y niños no sólo jugarán a ser astros del balón, también desarrollan la capacidad de socialización, competencia y habilidades motrices.

Jugar a soñar es como soñar despierto

La imitación es un área del juego libre que se manifiesta a partir de los 3 años de vida. Como el nombre indica, quien juega busca tomar diferentes roles de la vida adulta que va descubriendo: la familia, médicos, el súper… Quieren jugar a lo que es su sueño: imitar a papá, mamá y otras tantas personas.

Como es bien sano que desarrollen esta faceta, en Toy Planet contamos con productos como la vespa rosa, para que emulen la forma de desplazarse de muchos mayores; la Freidora Super Chef, siguiendo con la línea de restaurantes; o el camión grúa con excavadora, algo innegablemente atractivo a los siempre sorpresivos niños y niñas. Estas navidades, coloca al juego libre bajo el árbol. Estas navidades, ¡a jugar!

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